viernes, 26 de septiembre de 2008

Ordinario o Extraordinario: Tú Decides

A los estudiantes y lectores en general

Con frecuencia hago 4 preguntas a mis nuevos alumnos:

1. ¿Qué desean ser: alumnos ordinarios o alumnos extraordinarios?
2. ¿Qué aspiran ser: personas ordinarias o personas extraordinarias?
3. ¿Qué significa 'ordinario' y 'extraordinario'?
4. ¿Cuál es la diferencia?

Veamos: una persona ordinaria es una persona común, corriente, apagada, conformista, floja, carente de aspiraciones, alguien del montón, uno más. Ordinario es aquél que no tiene metas en la vida, que deja pasar los días y su vida sin trascender, sin hacer algo importante para si mismo y para los demás. El ordinario es un incompetente, un mediocre, un fracasado.

En cambio, una persona extraordinaria es todo lo opuesto: es dinámica, sobresaliente, lleno de energía, motivada, con iniciativa, que sabe lo que quiere y hacia donde aspira llegar, tiene objetivos y metas claras, alcanza logros; es aquel que deja huellas, es exitosa, satisfecha de si mismo, es un triunfador.

¿Y cuál es la diferencia? La diferencia está en la palabra EXTRA. Extra significa dar algo más que los demás. Cuando digo 'trabajé horas extras' es porque he trabajado más allá de mi horario normal de trabajo; cuando digo 'estudié horas extras' es porque dediqué más tiempo a estudiar que los demás. Y cuando uno hace horas extras, gana más; cuando uno estudia más, obtiene un calificativo mayor que los demás... es decir, es un ganador, que tiene el reconocimiento de si mismo y de los demás.

¿Y de quien depende que una personas sea ordinaria o extraordinaria? No depende de los demás, no depende de tus padres, o parientes o de tus amigos. Depende únicamente de tí mismo. Sólo tú decides serlo.

Sólo tú decides:

... si eres un alumno ordinario o un alumno extraordinario,
... si eres un hijo ordinario o un hijo extraordinario,
... si eres un amigo ordinario o un amigo extraordinario,
... si eres una persona ordinaria o una persona extraordinaria

Y si decides ser un alumno extraordinario, siembra esta frase en tu mente: 'soy un alumno extraordinario'; luego cambia de actitud: que todos observen que el estudio te gusta, que estudias con alegría, que el esfuerzo de estudiar es tu mayor motivación. Y que tus actitudes se reflejen en tu conducta, en acciones concretas: buenos trabajos, tareas puntuales, cuadernos ordenados, limpios y al día, exámenes con altos calificativos, buen comportamiento en el aula, respeto y buen trato con tus comopañeros, profesores y con tus padres. En síntesis, que tu conducta sea la de un alumno ejemplar, de un alumno extraordinario, para tu propia satisfacción, de tus padres, parientes y amigos.

Tú decides. De tí depende ser un alumno extraordinario, un amigo extraordinario, un hijo extraordinario, un ciudadano extraordinario. Ahora es tu decisión.

No hay comentarios: